Manifiesto | Turismo y Problemática Social

La Industria Turística debe ejercer la responsabilidad de desarrollar todas sus actividades para el bien común. Globalmente se ha detectado abusos de distinta índole que enturbian la actividad de aquellos que amamos al turismo e intentamos potenciar el intercambio cultural resultante de manera sana.

El turismo como toda actividad económicamente productiva, no esta ajena a la voracidad de algunos operadores, prestadores y clientes inescrupulosos quienes organizan y consumen productos turísticos que deterioran y socavan profundamente el tejido social de las comunidades receptoras.

Asi también, debido al fuerte desarrollo de la actividad turística, sustentada por la expansión demográfica y la facilidad del viaje, son cada vez más los visitantes que acuden a disfrutar de destinos turísticos exóticos, los cuales generalmente no están adecuadamente preparados para recibir y administrar el impacto que genera la venida de estos contingentes.

En algunos destinos turísticos, como los situados en los países empobrecidos, ocurre una situación de desigualdad. Se constata un incumplimiento de los derechos fundamentales de la Poblacion receptora y en muchas ocasiones, detrás de toda esta magia del turismo encontramos problemas sociales, económicos y medioambientales muy graves. Uno de los más serios es la discriminación y violencia que se ejerce hacia las mujeres y niñas. Es una situación triste, escondida y desapercibida para la gran mayoria de los viajeros pero real.

Para entendernos adecuadamente y concientizarnos sobre la magnitud de este problema, aquí va un ejemplo claro;

Las Naciones Unidas, estiman que más de 200.000.000 de niños, menores de 18 años sufren de algún tipo de violencia o abuso sexual debido al Turismo.

A su vez, los turistas viajan con una serie de expectativas sobre el destino, entre ellas se promueve algunas de índole cultural, tales como: las tradiciones, la gastronomía, arte , artesanía, la arquitectura y los elementos materiales de la historia, las celebraciones festivas y la música tradicional del destino que los recibe. Lamentablemente, el efecto producido van más allá del disfrute del viaje y de la correcta distribución de las retribuciones, debido a que los valores y la identidad cultural del Pueblo receptor, las condiciones en uso de la tierra, la socialización entre las partes, la tradicional forma de organización doméstica, la salud ambiental, la religión y hasta la vestimenta típica se modifican.

Éstos impactos son reales y constantes, si bien lentos y pausados de manera inexorable modifican y se deben al encuentro entre el visitante y el residente local.

La relación dispar entre el turista y población local, sumado a las barreras lingüísticas, conlleva el riesgo de reproducir las relaciones típicas del colonialismo: por un lado, visitantes disfrutando de servicios turísticos acordes a la demanda y competitividad del Mercado y por el otro, una población local en peores condiciones de vida como resultado de la presencia misma de los turistas. Un ejemplo típico es el del agua: el enorme consumo de este recurso por parte de los hoteles (duchas, piscinas, jardines, campos de golf ) disminuye la provisión y disposición del recurso a la población local, Incluso en algunos destinos turísticos se debe recurrir al racionamiento de agua potable en épocas de alta demanda turística. Más aún, la escasez de agua tiene como consecuencia lamentable el abandono de los cultivos, por tanto el impacto negativo atenta contra la mismísima supervivencia de la población local ubicada en ambientes rurales o subdesarrollados.

La presencia de turistas en los países pobres es una inevitable fuente de frustración: el nivel de vida lujoso de los viajeros en realidad remarca la miseria cotidiana de la población local. Las exclusiones (por ejemplo, de las playas privadas de los hoteles) impuestas por la presencia de los turistas, aumentan las diferencias sociales.

La alienación es el riesgo más grande. El turismo puede modificar la estructura social de la población, transformándola de rural a urbana, modificando los roles dentro de la comunidad, de la familia y hasta de la propia pareja. El turismo favorece la transferencia de valores, modelos de consumo y comportamientos, provocando problemas serios debido al abandono paulatino de los valores tradicionales.

Sin un correcto manejo y conocimiento de nuestra actividad y sus riesgos aparejados, consideramos que a mediano o largo plazo se verán afectadas definitivamente ambas partes de la relación turística y las diferencias sociales que lamentablemente caracterizan a nuestra Sociedad Global se acentuaran.

Nosotros, desde Yacutinga Lodge consideramos que el Turismo Responsable es fundamental para aportar algunas soluciones a las diferencias sociales. Sin dudar, se trata de un desafío enorme pero obligatorio, al cual todos los prestadores de servicios involucrados debemos adherir en búsqueda de apuntalar con nuestra gestión responsable el respeto a la Cultura Local y la Equidad Social.